Adrián es un participante comprometido con los programas de Best Buddies México y ser incluido en una empresa lo ha llevado a vivir experiencias de crecimiento personal y profesional.
La llegada de Adrián a Best Buddies México fue casi por casualidad, él trabajaba en un taller protegido, ensamblando cajas y juguetes, actividades que realizaba sin dificultad pero sin gusto, sin embargo, debido a la poca variedad de ofertas de trabajo que existen para las personas con discapacidad
intelectual esta parecía ser la única opción que existía, pero fue dentro de este taller que se encontraron con la propuesta de los programas de Best Buddies México, al escuchar la presentación se les motivó para acercarse.
Tanto Adrián como su familia vieron en estos programas la posibilidad que habían estado buscando, con un panorama mucho más prometedor para alcanzar a desarrollarse.
Comenzó a capacitarse en el programa de Empleos en el año 2015, al iniciar su capacitación no tenía claro que actividades desempeñaría, ni donde le gustaría trabajar, lo único claro en ese momento era su disposición e interés, al inicio Adrián realizaba sus actividades de forma esquemática, demasiado preocupado por no cometer ningún error esta preocupación lo llevaba a trabajar con lentitud, a cometer errores e incluso a comportarse ansioso y hasta molesto, al relacionarse con los demás era retraído lo que dificultaba que entablara amistad con sus compañeros, conforme fue trabajando en capacitación empezaron a notarse cambios en su actitud y en su manera trabajar, bromeaba con sus compañeros, se acercaba para ofrecerles apoyo cuando era necesario, esa preocupación por no cometer errores fue bajando y se tornó en una actitud detallista y cuidadosa con su trabajo.
Durante este tiempo Adrián se fue interesando en actividades relacionadas a la oficina, a realizar bases de datos, llevar registros, organizar, actividades que fue realizando con gusto y que se convirtieron en un deseo por desempeñarlas en un futuro empleo.
A poco menos de un año de haber comenzado a capacitarse llegó una oferta de trabajo que coincidía con el perfil de Adrián, las actividades que solicitaban las podía realizar sin dificultades, pero ahora nos encontrábamos con una nueva situación ¿Cómo enfrentarnos a una entrevista laboral? A pesar de que Adrián ahora se desenvolvía mucho mejor con sus compañeros sabíamos que la socialización sería un reto, tener que responder preguntas, a veces un tanto abstractas y poco claras, en un entorno y con personas que no le eran conocidas, a pesar de estas preocupaciones el impulso de Adrián se mantuvo, empeñado en demostrar que podría lograrlo se puso a practicar, desde como vestirse para ese día a como responder las preguntas que se le hicieran, que tono de voz utilizar, como moverse, su entusiasmo era claro.
Finalmente llegó el día de la entrevista, y aunque no lo supimos en ese momento, el resultado fue claro, Adrián obtuvo el trabajo, todo el esfuerzo que había puesto había dado resultados, y con la misma disposición con la que se presentó al primer día de capacitación se presentó a su primer día de trabajo. Aquel primer día se dedicó a conocer el edificio en donde estaría trabajando, a los compañeros con quienes estaría día a día y a irse familiarizando con lo que ahora sería su oficina, han pasado ya ocho años desde que Adrián comenzó a trabajar, el equipo de trabajo que lo recibió el primer día ha ido cambiando, ahora él se ha encargado de dar la bienvenida y capacitar a los nuevos compañeros, se ha convertido en un referente en la oficina por su excelente desempeño, convirtiéndose en un compañero confiable y del cual su trabajo es una garantía, los efectos que ha tenido Adrián en su trabajo son notables, desde su inclusión la comunicación se ha abierto, dando lugar a la efectividad y sencillez, procesos y protocolos se han vuelto más concretos, el ambiente en la oficina se ha abierto a la diversidad, al entendimiento de que cada personas es y se relaciona a su propia manera.
Pero no solo Adrián ha tenido un efecto en su empleo, sino que ha sido mutuo, más allá de la remuneración económica la cual le ha permitido comprar su propio departamento, el trabajo le ha dado la posibilidad de desarrollarse personalmente, el retraimiento e introversión de Adrián ha ido cediendo, y en su lugar se ha ido imponiendo ese deseo de entablar amistades, de conocer gente, de platicar con toda persona que este dispuesta, objetivos que antes no pensaba cumplir ahora son cosas de cada día, con total libertad se mueve por la ciudad, ha ido desarrollando autonomía de una forma en la que ni él ni su familia sospechaban podía hacerlo.
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Tanto Adrián como su familia vieron en estos programas la posibilidad que habían estado buscando, con un panorama mucho más prometedor para alcanzar a desarrollarse.